El mayor tesoro que tenemos las personas es nuestro interior, es decir, nuestra forma de ser, el cómo nos relacionamos con los demás, la forma que tenemos de actuar frente a cualquier circunstancia, nuestras fortalezas y debilidades internas, y todo ello, es lo que nos hace ser importante y lo que otras personas deberían de valorar y no el exterior (cuerpo, vestimenta…), el cuál es simplemente una «fachada» que nos sirve para poder mostrarnos ante los demás.
Cada uno es importante simplemente por ser quien es y cada persona elige ser de una manera u otra en función de sus experiencias, expectativas de futuro, gustos, etc; y quienes nos aceptan tal cuál, habrán visto nuestro interior sin importar la «fachada» y son quienes realmente tenemos que cuidar y mantener a nuestro lado o, al menos, vivir con ellos y disfrutar de su compañía, porque con ellos son con quienes podremos ser nosotros mismos sin miedo a equivocarnos o a ser menospreciados.
Algo similar pasa con aquellas personas a las que no conocemos físicamente pero con las que alguna vez hemos hablado con ellas a través de los medios informáticos. Pues ellas, si ambas personas son sinceras en todo momento, podrían acabar siendo personas importantes para nosotros simplemente por como son con nosotros y/o por como se comportan hacia nosotros y eso, sin haberles visto físicamente, lo cuál no es impedimento para entablar una relación y puede llegar, incluso, a ser importantes para nosotros.
Además, nunca hay que olvidar que quien tiene que valorarte eres TÚ MISMO, no esperar la aceptación de otros o creer en que lo que otros dicen de nosotros es la verdad, porque sino nos valoramos nosotros mismos ¿cómo vamos a actuar o a relacionarnos con una autoestima baja o no creyendo en nosotros mismos? acabaríamos perdiendo ese «tesoro» que tenemos por no creer en que somos importantes por ser quienes somos y no por lo que dicen los demás de nosotros.